Los continuos abigeatos y la pérdida de más de 100 animales en los últimos 13 años, desalientan la labor que realiza cualquier productor que diariamente con mucho esfuerzo y dedicación lleva adelante su empresa.
Washington Manzi Romero tiene animales distribuidos en su chacra de Pense y en sus campos arrendados para forestación sobre ruta Nº 2 y también en Dolores.
Sistemáticamente desde el 2004 viene sufriendo abigeatos que le han provocado una gran pérdida, indicando que los principales hechos se han producido en el campo ubicado sobre ruta 2 en el kilómetro 257 muy cercano a la escuela Nº 83. Es en ese predio -afirmó- donde en los últimos meses le están carneando de a dos vacas, como así también a vecinos que están en esa zona.
Manzi afirmó que “desde el año 2004 a la fecha con faltante y abigeato, he perdido 106 vacunos, que se estima tienen un valor de 60 mil dólares.
Me he movilizado a diferentes niveles, con diputados y senadores de Soriano, pero realmente no se encuentra una solución al tema. En oportunidad en que la senadora Tourné ocupaba el cargo de Ministra, en el establecimiento “La Herradura” -que hoy ya no lo tengo- me carnearon seis animales a las vez, cuando estos tenían un valor de 1.000 dólares cada uno.
En esa oportunidad le presenté mis quejas a Roque Arregui, quien ocupaba el cargo de diputado y este le informó sobre lo ocurrido a Tourné, quien le respondió ‘que no era alarmante la cifra de abigeatos en Soriano’.
Creo sin dudas que hoy los uruguayos somos rehenes de la seguridad, yo en el ámbito rural y quienes viven en las ciudades, porque también sufren el robo de sus pertenencias.
La Constitución marca que el Presidente debe velar por la seguridad de sus ciudadanos pero lamentablemente esto no ocurre. Tenemos derecho a reclamar ese servicio y en mi caso considero que el Estado es socio mío porque si a mí en el campo me va bien y puedo embarcar un lote de ganado gordo, tengo que dejarle más de 1.500 dólares de impuestos, pero en las pérdidas quedo solo. Yo pienso que como la falla aquí está en el Estado, ya que cumplo con todo lo que se me pide e incluso doy trabajo, creo que cuando a mí me carnean una vaca y hago la denuncia pertinente, la mejor solución sería que el gobierno me devuelva del pago de mis impuestos lo que yo perdí por ese animal.
En Soriano la policía Rural tiene un solo móvil para todo el departamento y después que me carnean a mí, los funcionarios con la mejor voluntad concurren al lugar, pasan varias horas, me dejan a mí tranquilo pero siguen carneando en los alrededores u otros puntos del departamento.
Considero que alrededor de todo esto hay una mafia. En el entorno de los últimos 15 días le carnearon a vecinos de los alrededores más de 15 animales. Todos nos preguntamos dónde está la carne, porque ahora ya no dejan prácticamente nada, sólo el espinazo, porque hasta las lenguas se llevan.
He pedido a la Intendencia y a la policía que inspeccionen comercios que funcionan en rubros de almacén o incluso casas particulares, donde se sabe que venden carne, pero me he encontrado con la sorpresa de que la Intendencia e INAC no concurren porque no son comercios establecidos.
Creo que existe una falta de respeto para quienes trabajamos en este país y hay veces que uno siente impotencia y le dan ganas de liquidar todo, porque en mi caso yo tengo otro trabajo, pero esto generaría dejar a cinco familias sin un ingreso mensual.
Es increíble la preparación que tienen quienes realizan las carneadas porque los cortes son prácticamente perfectos y evidentemente trabajan muy rápidamente.
En estos tiempos me he movilizado a todos los niveles, pero lo más triste es ver cómo hay gente que compra carne en lugares que no son los habilitados, poniendo en riesgo incluso su propia salud, porque no saben la sanidad del animal, la procedencia del mismo y en algunos casos la carne está “abombada” porque permanece durante muchas horas envuelta en bolsas de nylon. De una vez por todas los productores y las autoridades debemos juntarnos para elaborar una estrategia que comience a poner un punto final a esta situación que puede verse agravada ahora en los meses de invierno donde la circulación no es la misma. Con cada animal que matan se pierden unos 700 dólares y todo un trabajo de meses que no está valorado. Es lamentable, pero no sabemos qué medida tomar para hacer frente al abigeato”.